viernes, 15 de diciembre de 2017

LA PROSA

La prosa es un canto inicialmente religioso, ya que está dedicado a Santa Bárbara y a la Virgen de Loreto, pero que se realiza sin la intervención del clero.
En mi familia le tenemos mucho cariño a estos cánticos, ya que las cantó mi abuelo Joaquín de Tururo y después las cantó mi padre (Timoteo el panadero).
Antiguamente se cantaba la víspera de la festividad. Los clavarios se encargaban de buscar a los cantadores, que como he comentado antes solían ser siempre los mismos, entre ellos el tío Joaquín de Tururo. Después de cantar, los clavarios invitaban a los cantadores a la taberna a vino y tramuzos.
 


 Fotos de 2013, autora Pilar Navarro

La prosa de Santa Bárbara se cantaba el día 3 de diciembre. El recuerdo que la mayoría de la gente mayor tiene es al "tio Plantao" tocando el tambor como manera de llamar al pueblo. A las 9 se cantaba en la ermita de Santa Bárbara, una canción cuya letra ha ido pasando por tradición oral y que cuenta la historia de la Santa.  Acompañado por el tambor o tabal, el grupo de "solistas" canta una estrofa, el coro (el resto de asistentes a los cánticos) la repite, los solistas cantan otro trozo y el coro repite el estribillo. El segundo canto se hace en la puerta de la iglesia.


El hecho que ambas letras hayan pasado de manera oral, hasta que alguien decidiera escribirlas ha supuesto que, posiblemente no sea la letra original. La de Loreto es más difícil de cantar porque la letra es más complicada tanto de leer como de entender.


El día 9 se cantaba la prosa del Loreto, el primer canto en la ermita y el segundo en la Calle Aragón nº (la casa de Ernesto), en cuya fachada hay una imagen de la Virgen.






El día 4 y el día 10 había misa y procesión en honor y Santa Bárbara y la Virgen de Loreto, los clavarios se encargaban de organizar está fiesta que sólo era religiosa, pero hablaban con el cura, buscaban a los que iban a llevar a la Virgen y a los que tenían que bandear. 










Los cánticos tenían la finalidad de unir a los vecinos, pero cuando empezó la despoblación y se dejaron de cantar, con la cabezonería de mi familia y la ayuda de la Asociación Almajal y la Asociación de mujeres se recuperaron después de haber estado varios años sin cantarse. Entonces se pensó que para atraer a la gente sería buena idea ofrecer algo a cambio, y así se creó la tradición de ofrecer buñuelos a los participantes. Así se ha conseguido que cada año seamos más los que acudimos en el puente de la Constitución a seguir con la tradición o a comer buñuelos... pero la tradición sigue adelante. 


Alba Nebot realizó un trabajo interesante sobre las prosas, que podéis encontrar en trabajo prosas

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